Consejo Local de San Miguel
¡Somos Cocomasur!
Es fácil llegar a este Consejo Local desde la cabecera municipal, pues está ubicado a 7 Km de esta. Lo conforman las comunidades del Perdido y San Miguel y allí viven 270 personas aproximadamente.
Datos
de interés
CONFORMACIÓN
Perdido y San Miguel
familias
270 personas
festival
del plátano
plato típico
empanadas de plátano
El compromiso con los bosques es fundamental en este consejo local, ya que gestionamos 3.600 hectáreas del proyecto REDD+ Corredor de Conservación Chocó - Darién
En este lugar se albergan las historias más antiguas de la conformación de los poblados del sur del municipio de Acandí. Las negras y negros llegados del río Atrato y de Bolívar se asentaron aquí para producir plátano, banano y extraer tagua y raicilla. Contaban nuestros abuelos que acá se construyó la primera escuela del territorio del sur y que también tuvieron que sortear las vicisitudes de la naturaleza, como el barre monte del río Tolo, que arrasó con el pueblo, y por el cual tuvimos que reubicarlo. Eran muchas las familias en ese entonces, pero años después tuvieron que enfrentar el desplazamiento forzado, que dejó pocos en la resistencia para seguir en el territorio
En junio de cada año, en honor a la tradición agrícola, se hace en San Miguel el Festival del Plátano. Para esa fecha, las mujeres preparamos deliciosas empanadas de plátano y un rico dulce a base de la concha (cáscara) del mismo, hacemos patacones y el concurso del que más coma tajada de plátano. También exhibimos los productos cosechados por los agricultores y recibimos visitas de todas las comunidades y del casco urbano para el compartir.
En este consejo local hay compromiso con los bosques del territorio porque 3.600 hectáreas del proyecto REDD+ Corredor de Conservación Chocó – Darién están en nuestra jurisdicción. Además, los miembros de esta comunidad participamos de las caminatas de reconocimiento del territorio para hacer vigilancia y control, y las mujeres, especialmente, nos encargamos del establecimiento de los viveros para el proceso de restauración de áreas degradadas por ganadería en las orillas de los ríos Tolo y Neca, dos tributarios importantes para el buen vivir de la gente del colectivo de Cocomasur.