Jugando, caminando, sembrando, cuidando nuestro territorio aprendemos a contar, a leer, a escribir, a descubrir y a aprender juntos. Nuestro territorio es el gran libro, la fuente del conocimiento y con él también encontramos el saber de nuestros ancestros y ancestras que nos muestran los caminos que recorrer y las cosas que quedan por descubrir y construir.
En Cocomasur todos tenemos un espacio y un papel, y la voz de todos cuenta. Aquí en mi casa ambiental y cultural resuena sobre todo nuestra voz, la de todos los niños y niñas de COCOMASUR.